Santiago de Estero, 15/6/2004.- El obispo de Santiago del Estero, monseñor Juan Carlos Maccarone, afirmó que "la sociedad en que vivimos, marcada por la pobreza, la marginalidad y la exclusión, exige testigos de la generosidad y benevolencia de Cristo, que se entregó hasta el fin por todos. Hombres y mujeres que entiendan la vida como un servicio y destino de dar aún lo que va más allá de lo justo". En su mensaje por la festividad de Corpus Christi, el pastor santiagueño explicó que Jesús, ante la muchedumbre que necesitaba alimentos, les dice a los discípulos: "¡Denles de comer ustedes mismos!". Pero explicó que esa invitación "no es gesto displicente y sin interés; es invitación a compartir su amor, su servicialidad, compartir su bondad que se hace don de sí mismo". Se trata de "un gran llamado a la responsabilidad, que nos dice que en el mundo no estamos solos; los otros también son destino de nuestro amor. El mundo de hoy, nuestra sociedad, necesita hombres y mujeres serviciales, generosos, atentos, que se pongan a su servicio". La frase "Denles de comer ustedes mismos", explicó el prelado, significa que no hay que esperar de otros la solución. "Imaginen, intenten, ensayen, hagan algo por el que necesita. No esperen soluciones milagrosas, no esperen la iniciativa de los demás. Cada uno de nosotros, imbuidos del amor de Cristo, puede ser el lugar donde tanta historia de avaricia se transforme en historia de generosidad. Que los pobres, débiles y sufrientes no tengan que decir que ’no le importamos a nadie·".