Opinión  
La mayor locura de ETA
Autor: Javier Arnal
Fuente: piensaunpoco.com 3/12/aaaa

El 11 de marzo de 2004 será, por desgracia, una fecha que no podremos olvidar. Un amanecer sangriento, el más sangriento de la historia reciente de España. Todos estamos de luto, salvo unos pocos locos. Ha habido muchas lágrimas, siempre pocas en comparación con la magnitud de la tragedia.

Evocar otro trágico día 11, el 11 de septiembre, como parangón ha sido inmediato en la mayoría de nosotros. Así como el atentado contra las Torres Gemelas marcó un antes y un después en muchos sentidos, también en España todo será distinto tras los atentados contra varios trenes repletos de viajeros.

Sea quien sea quien gobierne España tras el 14-M, lo hará con una determinación y firmeza muy superiores a lo que hasta ahora hemos conocido. La lucha ha de ser sin fisuras, contundente, sin tibiezas. No todos han luchado igual hasta ahora contra el terrorismo, y deben examinar con hondura qué deben cambiar los que han sido algo indulgentes, pasivos o corifeos de ETA y de quienes dicen compartir los fines de ETA pero no sus métodos. Cruel actitud, que espero –esperamos- pase al olvido.

Locura fue el primer asesinato de ETA en 1969, y locuras han sido cada uno de los asesinatos que han regado de sangre la geografía de nuestro país. En medio del estupor, del dolor, las reacciones de ayuda a los heridos han sido ejemplares.

La pregunta se la han repetido, una y otra vez, millones de españoles: ¿"qué buscan con esta salvajada?" Es la misma pregunta que ha brotado ante cada uno de los asesinatos, y la respuesta tajante y evidente es que la locura no tiene razón ni razones.

ETA ha querido demostrarnos que, ante la proximidad de las elecciones generales, está en condiciones de actuar con todo el salvajismo que es capaz de concebir un descerebrado. ETA vuelve a atentar contra todos y quiere que nos hinquemos de rodillas ante sus pretensiones, suponiendo que un gran número de muertos –que aumenta conforme pasan las horas- y heridos les otorga crédito y fuerza para negociar lo innegociable.

La locura no percibe la realidad, y la realidad es que este atentado unirá todavía más a la sociedad española para erradicar, con la fuerza del Derecho y la colaboración ciudadana, a esta banda monstruosa. No pueden percibir que sus 35 años de terrorismo han sido inútiles, y nada nos hará cambiar ni asustar. ETA ha vuelto a mostrar su demencia más sangrienta.

Los minutos de silencio se han sucedido por toda la geografía española. La mejor respuesta es acudir a las urnas y votar en conciencia a quien pueda acabar con más eficacia con ETA. La movilización electoral es la respuesta más contundente el 14-M. El miedo y la violencia sólo son armas de los cobardes.


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