El santo jacobinismo, o las sotanas deben salir del armario
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Fuente:
Periódico HISPANIDAD |
12/15/aaaa |
Los franceses han decidido que en las escuelas públicas galas no deben enseñarse ni velos (que en Argelia y Marruecos, principal origen de los musulmanes franceses, no son sino pañuelos femeninos), ni kipas (gorrito judío que los hebreos utilizan para significar que hay alguien por encima de uno), ni crucifijos. Además, animan a equiparar la Navidad con una festividad musulmana y otra judía.
Reparen en lo equilibrado de la medida: ni musulmanes, ni judíos ni cristianos: todos iguales, unidos por el santo jacobinismo. Hombre, está el pequeño detalle de que Francia es un país católico, lo que implica que los crucifijos a suprimir van a ser unos cuantos más que las kipas y los pañuelos. Y también está el otro detalle: el de que los musulmanes son más bien iconoclastas, los judíos lo mismo y a los cristianos nos costó años de herejía, e incluso violencias, unir espíritu y materia, fé e imágenes, en un solo cuerpo doctrinal.
Otrosí: el pañuelo islámico no es más que una moda, una costumbre. La kipa es una devota práctica, pero ningún rabino la consideraría parte esencial, ni tampoco circunstancial, de la fé hebraica. El crucifijo no es el Santísimo Sacramento, pero tampoco es una moda ni una costumbre piadosa. Es la reproducción plástica, por tanto mucho más que un símbolo, de la única verdad que predica el Cristianismo y de la que toda la filosofía y toda la teología cristianas no son sino aditamentos: la redención.
Y más: ¿cuántos franceses festejan la Navidad? Todos. ¿Cuántos el Ramadán o el la Fiesta del Perdón? Ya saben: la igualdad de los desiguales es otra desigualdad.
En cualquier caso, el santo jacobinismo francés busca, ante todo, equilibrio, dí que sí. ¿Qué una minoría, y aun una minoría dentro de esa minoría, se siente "molesta" ante un símbolo religioso ajeno? Pues que se fastidie la mayoría. Por cierto, el ateísmo o el agnosticismo constituyen una religión con el catecismo más férreo de todos: no prohíbe un dogma, sino la mera posibilidad de establecerlo con entera libertad, y con entera libertad aceptarlo o rechazarlo.
Yo no sé si la religión provoca violencia (supongo que sí, a fin de cuentas, el hombre sólo está dispuesto a entregar la vida por lo que cree que ocurre más allá de la muerte), o si es el odio a la religión lo que provoca esa violencia (me temo que también), pero sí sé que el agnosticismo provoca la muerte por depresión, languidez y tedio, todo en uno. O como decía Felipe González: prefiero morir apuñalado en el metro de Nueva York que de aburrimiento en Moscú.
Ahora bien, volvamos a Europa. ¿Dónde está el mal de la medida tan absurda como la francesa? ¿En el hecho, cierto, de la actual invasión musulmana de Europa? ¿En el, también cierto, hecho del control que el sionismo internacional (me duele decir esto porque siento un gran cariño por los judíos, pero el sionismo existe) ejerce sobre muchos de los resortes de influencia mediática y cultural más importantes del planeta? ¡Quiá! Nada de eso: la causa de tan bobalicón comportamiento occidental se deja ver en el artículo que el viernes 12 publica Soledad Gallego Díaz, en El País, naturalmente. El artículo se refiere al juicio contra el imán de Fuengirola que aconsejaba, de vez en cuando, darle un guantazo a la señora. Al parecer, según denuncia doña Soledad, los jueces del caso se están empapando del Corán, que, en su tesitura, no parece mala documentación. Pero eso ha irritado muchísimo a doña Soledad, quien nos recuerda: "El asesino de John Lennon aseguró que el libro 'El Guardián entre el centeno' había tenido una gran influencia en sus actos... No es extraño tampoco que los iluminados, fundamentalistas cristianos y judíos, acudan a la Biblia para explicar por qué masacran a sus enemigos".
A ver, princesa, cielo, tesoro, prenda: ¿Dónde están esos fundamentalistas cristianos que masacran a sus enemigos? ¿Existe alguno? ¿Quién, dónde, cuándo, cómo? Como dicen los británicos: Póngame dos ejemplos. Y, sobre todo, ¿por qué mientes, niña? No hace falta que respondas: mientes porque en el Occidente cristiano hay mucha gente como tú que odia al Cristianismo, con un furor ario, un odio africano y una insistencia... sencillamente progre.
No es que el Occidente cristiano esté siendo atacado por el Islam: el Occidente cristiano simplemente se está suicidando. El Islam no puede preocupar como doctrina porque, guste o no, resulta cruel y risible a un tiempo. No, es el Occidente cristiano el que suicida, golpeándose el propio pecho con ferocidad animal. O sea, como Soledad Gallego Díaz, que, según dicen, va a ser la sustituta de Jesús Ceberio como directora de El País. Jodó: casi me quedo con el imán de Fuengirola.
Por cierto, el Comité de Sabios (sí, lo de sabios es coña) que asesora al presidente francés Jacques Chirac apunta más alto, y aconseja que en todos los centros públicos de enseñanza de Francia se prohíban "vestimentas y signos que manifiesten una pertenencia religiosa o política". En mi ingenuidad, yo pensaba que libertad y democracia consistían en no prohibir signo alguno, en vetar, precisamente, las ofensas a esos símbolos. Pero, al parecer, no. Esto es la diferencia entre la democracia y el jacobinismo de la Revolución francesa: la democracia lo permite todo, menos la falta de respeto, el liberal jacobino acaba prohibiéndolo todo en aras de la igualdad. La verdad es que el jacobinismo termina en la guillotina.
Se me dirá que los franceses hablan de escuela pública. ¿Y qué? A ver si nos entendemos, durante las discusiones sobre la declaración de los Derechos del Hombre, en los Estados Generales, un revolucionario (este seguro que no era masón, como Giscard d’Estaing) solicitó inscribir el siguiente derecho humano: "Todo hombre tiene derecho a enseñar a su hijo lo que sabe y lo que no sabe". No era una broma. Un padre y una madre pueden no saber matemáticas, pero tienen el derecho de que a sus hijos les enseñe matemáticas quién ellos decidan, e incluso como ellos decidan. El derecho a la educación no radica en el Estado, sino en los padres.
Pero la Revolución francesa no lo especificó así, y de ella nació la educación pública, con la que el Estado manipula las mentes de los niños, y la educación privada concertada, con la que el Estado paga a unos empresarios privados para que manipulen en su nombre las mentes de los niños. En definitiva, nuestro diputado era el inventor del cheque escolar. Lástima de su fracaso legislativo.
¿Exageraciones? ¿Cosa de hace 200 años? De eso nada. El Gobierno del Progreso que se acaba de implantar en Cataluña afirma que va a poner en marcha la siguiente medida: Para garantizar la igualdad de oportunidades, la Generalitat avanzará "hacia una red integradora de todos los centros sostenidos con fondos públicos (se incluyen los privados concertados)". Pobres niños catalanes...
Y lo de las vestimentas viene a cuento por esta marea jacobina que trata de recluir la religión en el hogar. Miren ustedes, toda la crisis de la Iglesia daría un vuelco, si los curas sacaran las sotanas del armario (es lo que se llama salir del armario) y la lucieran por la calle. Porque los franceses caminan hacia la jacobina prohibición de toda religión que no sea la religión del Estado, es decir, lo políticamente correcto. Por eso, no prohíben las sotanas, porque casi ningún cura las viste. Si lo hicieran, cambiaría el mundo. A fin de cuentas, vivimos en la sociedad de la imagen.
En cualquier caso, ni velo, ni kipa, ni cruz: ¿y por qué no los tres? ¿Y por qué no, en resumen, que cada cual haga lo que le dé la gana? ¿Qué cada padre eduque a su hijo como le salga de las narices? Ya supongo que tanta libertad asusta a progres y liberales, pero podíamos probar. Lo otro es jacobinismo. El jacobinismo, insisto, siempre acaba en la guillotina.
Comentario De Vicente Oltra: Los jacobinos de regreso cien más de cien años después, porque antes no pudieron y bien dicho por lo de las sotanas. ¿Por qué hemos de tener miedo cuando el mismo Juan Pablo II repite incansablemente ¡No tengáis miedo! Duc in altum, ¿No será falta de fe y sobra de acomodamiento? ¿No será mal ejemplo el que damos los mismos cristianos que permitimos tanta desfachatez? Cada cuál se lo piense y actúe en consecuencia. “A los tibios estoy como para vomitarlos de mi boca” dice en el Apocalipsis.
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